PINTADA 29/1

sábado, 11 de junio de 2011

Vida.

Siempre es la misma canción,
la que te deja sin voz;
la que te amargan y te llena de pena,
la que te sobrealimenta esa vena
la melodía se repite, el interpréte es quien cambia.
Y la pregunta es ¿Quién baila?;
¿Quien llora?; ¿Quien ama?; ¿Quien canta?
¿Quién entre nosotros no sangra?

Reimos mientras sangramos, cantamos llorando,
bailamos, corremos, pero nos estamos ahogando...

Crece la pena, sube el volumen de la canción
y todos esperan que esta vez no haya sanción
pero es imposible, quien la hace la paga.

Pobres aquellos que acatan...
Más pobres aún los que mandan,
porque la sangre que derramaron, los mancha.
La mancha se expande, se hace evidente.
El temor crece cuando la tenemos enfrente
pero es muy tarde,
la canción parece que se termina...

Silencio.

Cambian al interprete, nuevos bailarines,
de la mancha, ni el recuerdo.


[Esta poesía la escribí con Francisco Vuisso, un amigo.]

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