PINTADA 29/1

domingo, 28 de noviembre de 2010

Uno de esos días.

Estoy en uno de esos días
que abro la heladera, la cierro...
Abro la heladera y la cierro,
como si esperase encontrarme algo nuevo,
algo incierto, algo que me asombre.

Estoy en uno de esos días,
donde tomo la pluma y un papel,
y quisiera escribir a granel
las palabras más justas, sinceras y hermosas que un corazón pudiese esbozar.
Justas, sinceras, hermosas.

Estoy en uno de esos días
que tengo ganas de cantar a rabiar
salir, correr, llorar, tomar sol y cantar sólo por cantar un poco más.

Estoy en uno de esos días,
uno de esos que te cambia para siempre la vida,
porque las grandes cosas son así,
vienen sin que las pidamos
cuando menos lo esperamos.

Estoy en uno de esos días,
en los que me mata la indecisión.
Soy consciente, todo cambió,
es muy tarde lo que paso, pasó.
Y lo que viene...
nadie lo vivió.

Quisiera dejar al menos una fotografía de este hoy, ahora,
algunas palabras, una poesía, cuanto más quisiera una canción.
Pero no puedo hacer más que sentarme a esperar,
que todo pase y volver a arrancar.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Hay un día.

Hay una mañana en que sin saberlo uno nace.
Hay un día en que sin creerlo, se enamora.
Hay un día en el que se comienza a escribir una poesía.

Recuerdo un día,
era uno de esos cualquiera, todo fluía.
Caminaba sin decir nada por esas callesitas que tiene corrientes
que son siempre un mundo de gentes;
cuando te vi.
Llevabas unas botas largas, una vincha extraña,
me llamaste la atención,
un vestido floreado,
estábamos en Junio, ¡siquiera verano!.

Estabas sóla, parada,
observándolo todo, cómo la gente pasaba.
Te invité una cerveza a ver si funcionaba,
sinceramente lo descreía, pero no perdía nada, si lo intentaba.
Me dijiste amablemente que sí,
me sorprendí,
recuerdo... qué feliz fuí.

Pasaron las horas, los meses,
vinieron inviernos, veranos, todos diferentes.
Tomamos mates amargos también dulces,
uno no es el que los ceba sino la vida.

Pero hay un día en que todo se acaba.
Hay un día que caen las lágrimas.
Las sonrisas, son imágenes lejanas, borrosas que escapan deprisa.
Por más de los mil encuentros en que felices regalábamos risas al viento,
no hay más vuelta que darle, es el momento.
se termina, se termina...

Y estos ojos tímidos que lloran saben también que no son del todo por tristeza,
tienen también un dejo de alegría; cuando algo llega a su fin,
viene de la mano, un nuevo comienzo.
Y aquel comienzo no será esta poesía
que en estas últimas palabras;
se t e r m i n a.

Responsabilidad.

La responsabilidad es un acto por el cual uno asume la obligación de algo.( ése algo puede ser alguien tambien. )
Obligación, palabra clave.

Recuerdo cuando era niño jugando con un globo azul en el arenero de un Parque Rivadavia distinto, sin rejas, en el cual el mundo parecía tan tangible todo cuanto quería estaba ahí, inmediato, mi madre, la arena, mi padre, mis juguetes, juguetes...

Existe una brecha de tiempo en la vida que empieza cuando nacemos y termina a la edad de 15 años puede más o menos dependiendo la situación social del individuo y su suerte, donde uno es completamente espectador de la vida. Nos encontramos de frente al escenario viendo cómo las acciones transcurren plácidas y fluidas.

El fin de este ciclo en el cual nos vamos formando mediante ser espectadores, preparandonos sin saberlo para la vida misma es; la responsabilidad. Nótese cómo esta corta pero gran palabra marca el fin y el comienzo de esta nueva etapa que estará con nosotros hasta el momento en el cual exhalemos nuestra última bocanada de aire ( hubiese querido no ser tan explicito y no traer la muerte a este ensayo ), dado que cuando dejamos de ser espectadores para pasar a ser protagonistas de nuestra propia vida, las responsabilidades, jamás las podremos dejar de lado. A menos que no nos queramos constituir como personas, ya que la primera responsabilidad ante todo es la vida. No sólo por nosotros debemos begar y ser responsables de nuestra vida, sino que las acciones que concretemos sin responsabilidad tendrán un eco negativo en otros seres que no tienen porqué ser víctimas de algo que no los compete.

Ustedes dirán que la responsabilidad de la vida misma la contraemos en el momento que nacemos pero, no. Dicha responsabilidad se adquiere en el comienzo de esta etapa, donde comenzamos a caminar solos la calle, empezamos a estudiar por gusto y no por obligación, empezamos realmente a vivir con todo los tipos de vericuetos y problemáticas que conlleva el simple hecho de vivir ( en muchas circunstancias, no tan simple).

Para Kant, la responsabilidad es la virtud individual de concebir libre y conscientemente las máximas universalizables de nuestra conducta, con esto el filósofo quería decir que tus acciones deben compatibles y realizables por todos los demas habitantes de la tierra sin causar daños ni invadir los derecho de otros.

Al principio de este ensayo resalté la palabra obligación, me gustaría tomar algunas lineas para explicar porque hice un hincapié en esta palabra.
Las obligaciones no son responsabilidades pero, cuando una persona toma una responsabilidad acerca de algo, ese algo pasa a ser nuestra obligación. He aquí la clave.

Existe una responsabilidad para todo, responsabilidad legal ( Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente ), etcétera.
Lo importante es mantenerla, ser responsables. Así como yo jugaba con aquel globo azul de antaño era en cierto sentido responsable del mismo, hoy que crecimos y somos partícipes de este hoy y ahora, de este todo, la responsabilidad también es como aquel globo que debemos mantener, ya que sin ella, sin acciones responsables, sin palabras responsables la vida no podría llevarse a cabo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Fracasos, éxitos.

Suelo escuchar al común de la gente que la denominación del fracaso es el hecho/acto que carece de éxito.
Respecto a esta forma de denominar al fracaso no me quedan más que palabras de repudio.

El fracaso es una oportunidad para volver a intentarlo y llegar al éxito. El fracaso es parte del aprendizaje y más allá de eso es una de la suma de las partes que nos hacen ser lo que hoy, somos. Con lo cual al ser una parte de nosotros indivisible, si nos encontramos en nuestros cabales, deberíamos estar orgullosos de ellos ( orgullosos en el sentido de la lección que nos dieron. Cierto también es que hay diferentes tipos de deslices que hubiéramos deseado nunca cometerlos para llegar a darnos cuenta de su repercusión/consecuencia, pero bueno, vida hay una sola y manual para vivirla; no existe. )

Respecto a mi fugaz existencia el único tipo de fracaso que conocí es jamás haberlo intentado. No haber luchado por lo que creíamos imposible, no haberse levantado a la mañana para ser testigos de la luz que emana el sol día tras día; eso, eso sí es un real fracaso.
Todo lo demás, fluye, transcurre, nos hace ser lo que somos y nos prepara para lo que seremos. Tenemos también al pasado que muchas veces recurrimos a él para embestirnos de odio y demás recuerdos poco gratos pero, si logramos ahondar un poco más y ampliar nuestra percepción, lo que a saber público se denomina hilar fino, nos permite reflexionar acerca de lo que fuimos y nuevamente llegar a El punto que desde mi humilde de visión es el hecho de aprender.
Sólamente debemos reflexionar acerca de este tiempo pretérito, ya que no tiene ningún tipo de validez intentar cambiarlo ( tampoco podremos ) o dar mil y un vueltas acerca de algo que nos es totalmente ajeno a nuestro hoy, ahora.

Fracasos, éxitos, caras de una misma moneda, que aunque aveces no parezca siempre suma nunca resta.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Desearía

Desearía que estuvieses callada
que me observes y no digas nada.
Que me mires como acariciándome la piel y quedes;
obnubilada.

Desearía no ser tan torpe,
decirte al odio las palabras justas
quedarme mudo y estar seguro que aunque pasen las horas, no cambia nuestro mundo.
Nuestro espacio, donde nos miramos y somos uno.
Más que dos;
menos que nada.

Desearía que estuvieses a mi lado
en esos momentos en que las piernas flaquean,
los ojos se quiebran en llantos
y en lo único en que puedo pensar...
es en porqué te extraño tanto.

Desearía en ciertos momentos quedarme callado.
No correr a recitarte desesperado
todas tus aptitudes que siempre me han dejado embelezado;
decir lo justo y necesario;
necesario y justo.

No ser tan seco ni empalagoso,
la medida justa entre tus silencios y mis besos.

Me gustaría y desearía tantas cosas
pero me vas a tener que disculpar, pero no, no puedo.

Cuando estoy lejos de tu voz
mi primer gesto es la desesperación.
Cuando te veo no puedo decirte palabras justas,( ¡ siquiera palabras! )
mantengo siempre la intención
de nombrarte de tu belleza cada detalle hasta la extenuación.

Me vas a tener que disculpar, perdonar,
pero te hice esta y mil poesías más.
Y tendré que recordarte aunque querer no quiera,
que la distancia que recorren mis ojos
entre tus pupilas y tu boca es el camino preferido
que para todos los días de mi vida he elegido.