Me paré en el medio de la cuadra
y vi la vida pasar, lentamente,
como si todo y nada ocurriera en aquel instante,
noté la realidad tal como era claramente,
me di cuenta, finalmente,
hay cosas que por más vueltas de tuercas que le demos,
no hay caso; no podemos...
Éramos diferentes,
nunca te compré jaula alguna,
asi que como buen pájaro, volaste,
a usar mis alas, nunca me enseñaste.
Tu camino seguiste,
y yo quedé esperándote
solo; solo y triste.
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