Recuerdo.-

Nos levantamos y llovía,
hacia frío,
el día estaba gris,
la niebla que copaba la ciudad.

Nos levantamos y lloraste,
tomaste mis manos,
la llevaste hacia tu pecho
y aún puedo escuchar ese corazón.
Desanimado, avejentado y no por los años, sino por la crueldad de los días.
Resistiendo lo irresistible,
aguantando lo inaguantable.

Recuerdo tu corazón,
grande como una manzana,
como una sandía,
como tu corazón.

Recuerdo tus manos.
Frágiles como el cristal,
suaves como la seda
siempre abiertas como tu pecho.
Dispuestas a dar.

Nos levantamos en silencio,
cada cual tomó sus ropas sin mirarse
y ahí  nomás nos despedimos.
Sin lágrimas ni palabras
sin rosas ni cartas.



"nunca te arrepentiras de haberte animado y nunca te perdonarás no haberlo hecho" esta última frase es de Facundo Cabral.-