PINTADA 29/1

lunes, 22 de noviembre de 2010

Fracasos, éxitos.

Suelo escuchar al común de la gente que la denominación del fracaso es el hecho/acto que carece de éxito.
Respecto a esta forma de denominar al fracaso no me quedan más que palabras de repudio.

El fracaso es una oportunidad para volver a intentarlo y llegar al éxito. El fracaso es parte del aprendizaje y más allá de eso es una de la suma de las partes que nos hacen ser lo que hoy, somos. Con lo cual al ser una parte de nosotros indivisible, si nos encontramos en nuestros cabales, deberíamos estar orgullosos de ellos ( orgullosos en el sentido de la lección que nos dieron. Cierto también es que hay diferentes tipos de deslices que hubiéramos deseado nunca cometerlos para llegar a darnos cuenta de su repercusión/consecuencia, pero bueno, vida hay una sola y manual para vivirla; no existe. )

Respecto a mi fugaz existencia el único tipo de fracaso que conocí es jamás haberlo intentado. No haber luchado por lo que creíamos imposible, no haberse levantado a la mañana para ser testigos de la luz que emana el sol día tras día; eso, eso sí es un real fracaso.
Todo lo demás, fluye, transcurre, nos hace ser lo que somos y nos prepara para lo que seremos. Tenemos también al pasado que muchas veces recurrimos a él para embestirnos de odio y demás recuerdos poco gratos pero, si logramos ahondar un poco más y ampliar nuestra percepción, lo que a saber público se denomina hilar fino, nos permite reflexionar acerca de lo que fuimos y nuevamente llegar a El punto que desde mi humilde de visión es el hecho de aprender.
Sólamente debemos reflexionar acerca de este tiempo pretérito, ya que no tiene ningún tipo de validez intentar cambiarlo ( tampoco podremos ) o dar mil y un vueltas acerca de algo que nos es totalmente ajeno a nuestro hoy, ahora.

Fracasos, éxitos, caras de una misma moneda, que aunque aveces no parezca siempre suma nunca resta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario