XVIII

Cierro los ojos y estoy ahí,
el viento corre, las hojas caen ante mi,
las olas chocan contra una piedra que nunca vi
los buitres vuelan siempre en la cercanía,
nunca se sabe cuando puede ocurrir una desgracia,
y en la desgracia, su comida.

Vale la pena reir, llorar,
mentir, hablar,
caer, golpear,
levantarse y caminar,
caminar, luego trotar,
correr para irme, después volver,
nacer para vivir,
vivir para finalmente morir,
y vale la pena seguir, vale la pena seguir así,
sonriendo, cantando, sabiendo que siempre sucede pero, sin miedo de morir,
vale la pena seguir asi, respirando, riendo, sin miedo a perder
vale la pena y mucho más.
Sólo porque si caigo;
sé que tu hombro va a estar ahí
para poner lo que en ese momento me va a faltar a mi...
Fuerzas.