XXI

Llega, te mata,
se va, te destruye,
viene, te da
cuando te saca, no vuelve más,
la distancia nos trae dudas,
si estás muy cerca, mucho no dura,
las palabras siempre sobran,
basta una mirada y el mundo puede terminar,
que sin embargo voy a cantar hasta el final.

Me dices que sí, me dices que no,
todo lo que digas sabe a limón;
me dices que sí, luego que no,
me dejas la esperanza tiritando
solo para que te llame la noche siguiente, rogando;
Me dices que sí, me dices que no,
solamente para que te piense, cuando no esté con vos;
Me dices que sí, me dices que no,
lo que me mata no es tu indecisión
sino la claridad con la que ves mi corazón.

Así como hacés de otoños, primaveras,
sabés cambiar mis alegrías por penas;
Así como traés palomas blancas
sabés también de guerras sin polvora,
de tiros sin balas,
que dejan heridas profundas;
No se curan con recetas ni con suturas.

Sabe de inviernos fríos como el hielo,
pero más de mil veces, me quemé con su fuego,
Sabe de curas y venenos
de sonrisas, de lutos,
de llantos, de cantos,
de muertes y nacimientos,
también sabe, de lunas sin soles,
de inviernos crudos, sin roces.

Quiere y no,
duda, piensa,
en silencio reflexiona,
sin embargo la decisión final
se toma en un sin-razón,
comprende, no tiene sentido hablarle de lógica al corazón.

Vienes de a ratos y te vas porque sí,
no tiene nada mucho sentido,
todo es nuevo cuando sonreís,
no tiene nada mucho sentido,
pero el mundo cambia en un chasquido,
no tiene nada, nada de sentido,
sin embargo vuelvo a decirle siempre que sí,
esto, es el amor para mi,
nada tiene mucho sentido lo sé, pero más allá de todo; lo quiero así.