PINTADA 29/1

miércoles, 30 de junio de 2010

XXXI

No creo en el destino,
sin embargo creo,
en las veces que bajo la lluvia,
cantamos y reimos,
en las veces que lloré,
gritandole tu nombre al aire,
en las veces que te miré
y me perdí, en la infinidad de tus ojos,
la perfección de tu sonrisa,
la belleza indómita de tus defectos
las formas en que hablas de las cosas buenas
y cómo ries... de las malas,
creo, creo, creo,
dame tu mano,
sin vacilar dame tu mano,
en éso creo.

No, no creo en la suerte,
sin embargo, creo,
que por algo estoy hoy acá,
risueño, mirando una lluvia
que es más que un conjunto de gotas
que desciende desde el cielo,
por algo miro el amarillo fuerte del trigo,
y sin duda, siento que estás aqui conmigo,
palpable,
como siempre inigualable.

No, no creo en nada más que en vos,
si estás mal, si llorás
si te caes sin saber porqué,
dame tu mano,
sin vacilar, dame tu mano.

Por más que estés en el camino equivocado,
que en cada paso haya un peligro anunciado,
no me hace falta meditar,
ni mucho menos reflexionar,
dame tu mano,
sin vacilar, dame tu mano.

El viento aveces tira para atrás,
el día de vez en vez, suele ser gris,
no siempre sonrie el sol
ni tampoco siempre canta el gorrión,
pero creo que algo siempre está,
y es mi mano para acompañarte a donde vas.

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