PINTADA 29/1

domingo, 23 de enero de 2011

Ensayo acerca de la Felicidad

En lineas generales los momentos placenteros, las cosas buenas, esos instantes en los cuales nada podría ser mejor, nos resultan que no duran lo suficiente, los calificamos de efímeros, fugaces y no puedo hacer más que exclamarle al viento y a las paredes que me amparan ¡ En qué grueso error nos estamos adentrando !
No importa la duración corpórea, tangible, medible de aquel momento por las agujas de un reloj por demás tirano que andará midiendo y atesorando de forma milimétrica cada segundo de tiempo que transcurra y, que nunca en su cobarde y longeva vida se animó a retroceder ni dos segundos hacia atrás.
No, todo aquello se encuentra muy lejos del punto. Los instantes de verdadera plenitud permanecen en un plano radicalmente abstracto quemándonos eternamente con el fuego de la intensidad con la cual los hemos vivido.
No importa la duración sino la intensidad, el cómo, de qué forma inciden en nuestra vida las cosas.

Tiempo después, cuando nuestro peine sólo acomode algunas cuantas canas que las llevaremos con un notable orgullo bien dispersas para abarcar de manera modesta nuestro cráneo.
Nos daremos cuenta que más allá de todo, lo que nos queda entre nuestras manos asediadas seguramente por enfermedades que resultan inútiles tratar de vencerlas; son y serán, los recuerdos, momentos, anécdotas, vivencias; todo aquello que nos hizo ser lo que hoy, somos.
Brindo por ello.

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